lunes, octubre 09, 2006




LA TARDE

Fuimos a Valpo apenas salió de la clínica y lo encontramos en cama a las 4 de la tarde; con el típico hilito de baba seca recorriéndole desde la boquita hasta el cogote. Pero se levantó de un salto, nos besuqueó, nos abrazó y se dirigió a la ducha a sacarse el tuto de encima.

Mientras se bañaba, su madre aprovechó para contarnos todas las penurias que ha tenido que pasar con este hijo adolescente de 30 y nos dejó bien aleccionaditas de lo que podíamos y no podíamos hacer con él; que básicamente era no tomar ni drogarnos a vista y paciencia de la concurrencia.

Y nos fuimos por una chorrillana con fantas al J Cruz. Dejamos un montón de deseos anónimos escritos en servilletas que luego deslizamos amablemente por las rendijas de los estantes repletos de chucherías. Varios de los deseos que pedí estaban relacionados con ese momento... estar con los amigos que quiero, por mucho tiempo más sin que nos volvamos completamente locos...

A la salida nos esperaba F y su novio nuevo, un psicólogo con corte de pelo completamente fashion y bastante lúcido que nos acompañó gustoso y presto camino al Brigthon donde íbamos a celebrar mi cumpleaños atrasado.

Comimos panqueques con manjar y crema, café helado, jugos de manzana y la vista maravillosa de la bahía nos pedía a gritos celebrar con champaña, pero no lo hicimos. Pedimos unas velas y sobre los panqueques comenzamos a cantar, un muy lleno de emoción, cumpleaños feliz. Por los 25 otra vez recién cumplidos!!!!! y volví a pedir los mismos deseos que dejé abandonados en el J Cruz y por los mismos motivos. Volver... volver ahí con la misma gente... que no nos volvamos tan locos.

Lo dejamos en su casa como a las 9 donde nos tenía preparado un desfile de modas para mostrarnos su nuevo "terno de buscar pega". Le dijimos que se veía lindo lindo, que en el mundo no hay nadie más bello que él y con un nudo en la garganta y prometiéndole que volveríamos pronto, partimos a Stgo porque nos esperaba un carrete de antología.
No fuimos a ningún carrete. Nos quedamos en casita hablando y hablando, esperando no volvernos tan locos.