miércoles, octubre 19, 2011


En un juego de gato pienso en tu pelo alborotado.
Dos japoneses intentan ganarme entre risas estrepitosas y whisky.
Dos chicas menunas ganas la partida.
Una de pelo muy rojo y otra de piernas muy largas.
Los ojos de los hombres se estiran interminables hacia la madrugada deshecha.
El juego no quiere terminar para mi.
Espero nuestra cita a las dos.