sábado, agosto 20, 2005


ADOLECER

Escucho Miles... puede haber algo que me distraiga de este momento de perfección? Claro! Se le acaba el hielo a mi vaso... ESO es una terrible distracción.

Por qué estoy un sábado por la noche sola en la casa de mi madre frente al computador en piyama bebiendo ron (malo) pensando en nada en los seis años que llevo de viaje tratando de entender si es que han servido de algo aparte de tener el hígado cada día más rancio.

Llego a la frustrante convicción de que soy still una adolecente.

A veces me gusta, pero cuando me veo rodeada de gente grande aunque sean menores que yo, me frustra un poco.
A veces pienso qué habría sido de mi si mi padre no se hubiera muerto y me hubiese obligado a estudiar una carrera tradicional y a que me gustaran los sacos de huevas de los troncos. Quién sabe? Quizás las cosas serían más fáciles.

Empezar... me cuesta tanto empezar... Terminar... es otra mierda difícil de hacer.

Por eso es que creo que soy una maldita adolecente. Creo que sólo podría vivir dentro de un libro... es un sino que alguien baticinó para mi hace muuuuuuchos años.

Una road movie... eternamente joven. Tener cuarenta no es una posibilidad. Jamás

Un cosquilleo como de angustia me recorre el cuerpo y la mente, otras veces.

Y me pregunto ¿Para qué saber "eso" que realmente queremos o (desearíamos) de la vida? ¿Acaso para estar concientes del futuro fracaso?
... La verdad es que yo no se lo que quiero ser (ser alguien... ya soy alguien, siempre lo fuí) o hacer.
Aunque esta es la pregunta que siempre me ha atormentado, y seguramente lo seguirá haciendo; a pesar de todo eso... no creo querer saber la respuesta.
O lo soy todo.

Esa es la única segunda opción.


ADOLECENTE :::::::::: ESO ES LO QUE SOY.

viernes, agosto 12, 2005

Ya... resulta que el muy negro Montes me manda la dirección de su blog donde había una lindísima despedida a su abuela y yo, para poder dejarle un saludito, tuve que crear esto... no se lo qué saldrá... encima estoy ocupando un computador que está en su totalidad en alemán.
Qué cosas aquellas en las que uno se embarca sin siquiera saber que lo pensó alguna vez...

Quiero profundizar, ya que parece que puedo, en este asunto tan tremendamente particular que es el frío.

Estoy en Conce, para contextualizar, y peor aún estoy un tanto obsesionada con un tal Nick Cave, por lo cual el frío me ha taladrado los huesos y la lluvia a entrado en mis botas con mucha más facilidad que si estuviera en el Valle del Elqui escuchando Bob Marley (puaj! por cierto).

Estoy en esta ciudad, con la cual mantengo una bastante larga relación, muy a pesar mío, en la cual ella se ríe de mi cada vez que vuelvo a mencionar que nuestra relación es a pesar mío. En esta ciudad comenzaron tantas etapas de mi vida que ya ni sé si vale la pena repasar... también es aquí precisamente donde he preferido venir a enterrar otras etapas de Patricias cada vez más locas y extraviadas que en busca de un calentito lugar para pasar las penas, y sólo se han encontrado con el frío ridículo del sur... cerca del mar.

Resulta que no recordaba tanto frío en el Conce de mis pesares. He tenido que recurrir a las más absurdas estrategias para capearlo. Procedo a enumerar:

- Pantys (como de abuelita) bajo los jeans.

- Por supuesto que las faldas están fuera de mi sistema.

- Botas de ski. Sí, botas de ski. Bastante calentitas y recomendables, salvo para los lugares previamente temperados ya que en este caso las "patas se ponen caldúas".

- Parka a lo J.Lo. Esas con un gorro gigante y peludito. Recomendación que vino de mi, muy fashion, hermana menor.

- Scalda Sono. Warning: En caso de llegar a la casa un poco o muy borracha y muerta de frío, dejarlo en el nivel 1. Si no lo hace corre el riesgo de despertar completamente mojada, electrocutada y con la pieza oliendo (hediendo) a muerto junto con el característico olor a bodega que tanto desespera a las madres.

- Esto es un poco embarazoso, pero debo reconocer que he llegado a usar algodones dentro del sostén para proteger mis sensibles pezones. Sí señor, a las niñas nos duelen las tetas con el frío.

- Pantalón térmico e impermeable. Para las que carecemos de retaguardia, puedo decir que con esta extrema prenda de vestir, he percibido ciertas miradas dirigidas hacia donde la naturaleza quizo que no hubiese nada.

- Prescindir o mejor dicho "huir" de las duchas matutinas. Hay ciertos locos que dicen que una buena ducha calentita en la mañana es lo mejor para pasar el frío durante el resto del día. Como yo soy una mujer sensata, trato de levantar mi humanidad a una hora razonable, tipo 12 del día mínimo y la ducha la dejo en el caso de salir al encuentro de algún galán o compromiso social de embergadura, tipo chupar con las excompañeras (cosa que tampoco hago).

- Vino navegado. Uno de los mejores recuerdos que tengo de mis días de universitaria penquista. Sobre todo cuando era completamente necesario para pasar, junto con el frío, el sabor asqueroso a vinagre que tenía el vino que tomábamos por esos tiempos... Se acuerdan?... Lo que hace la falta de lucas!!! En todo caso, de haber tenido más lucas, las hubiésemos gastado en más vino malo.

- Bueno, de más está hablar de todo tipo de calefacción... estufas (a leña, a gas, eléctricas), braceros (con harto cuidado), fogatas guitarreadas (con más cuidado), chimeneas (si es que se puede) y la muy pituca calefacción central (harto cara).

Mi preferida es la que voy a ocupar en el preciso instante en que termine de escribir estas tonteras. Me voy a sacar toda la ropa y me voy a meter a la cama con el chico que quiero. A él no le importa que yo tenga los pies fríos y los cachetes helados. Èl duerme, es cierto, pero aunque despertara, yo se que me abrazaría bien fuerte, me putearía un poquito por haberme quedado hasta tan tarde y luego frotaría sus pies con los míos hasta que me durmiera... o hasta que despertara del todo.